Alejandro Lacroix

Alejandro Lacroix ,Hijo de un italiano y una croata que se instalaron en Olivos, Alejandro Lacroix era, hasta hace poco más de 10 años, un modelo que se ganaba la vida como agente de viajes casi «por mandato familiar». Su biografía no escondía demasiadas sorpresas, hasta que el chico logró meterse en la pantalla de MTV. A partir de ahí, fueron siete años de presentar videos, perseguir y entrevistar a las más prestigiosas bandas del planeta y así cambiar el ritmo y el rumbo: hoy se define como un «empresario gastronómico, entrevistador y DJ» que cayó en la radio para quedarse.

Conductor de Buenos Aires PM y de segmentos de Metrodance, por Radio Metro (95.1), Lacroix se alejó de MTV, puso un moderno restaurante en Palermo y hoy es un infaltable musicalizador de los veranos de Punta del Este. «No me siento un periodista, porque no estudié para eso. Siempre digo que soy un entrevistador que casi todo lo que hace se relaciona con la música», suelta canchero el muchacho que ya acusa 35, pero conserva una estética adolescente.

«MTV cumplió su ciclo natural en mi vida. Fueron cuatro años de trabajar en Miami y tres en Buenos Aires. Hoy prácticamente no se ven videos de música. Cambió la industria y MTV se acopló a esos cambios, por lo que no sé qué lugar tendría yo ahí ahora. Mantengo un vínculo bastante estrecho con ellos, pero han cambiado la dirección y yo he crecido», dice por momentos con un castellano neutro propio de las épocas en que trabajaba en esa emisora.

Su programa Buenos Aires PM rompe un poco con la tendencia de los regresos a casa que está imponiendo la FM: de lunes a viernes de 18 a 20, el producto no apela a la actualidad y los adelantos de lo que serán los diarios del día siguiente, sino que apunta a «relajarse y a informarse pero sólo sobre música. Nuestro perfil de oyentes va de los 20 a 40 años y es gente que quiere pasarla bien», analiza.

Espontáneo y simple, cuesta creer que Lacroix maneje su carrera con un manager: «Es que viajo mucho por trabajo y él me organiza la agenda semanal. Invierto un dinero y él se ocupa de los trámites y todas esas cosas que demandan muchas energías», se excusa.

«Yo no me considero un conductor canchero. Más bien soy natural. Cuando empecé en MTV a los 24 ellos querían gente nueva y sin mañas. Y mi estilo gustó, porque no es nada impostado. Lo que ves, es simplemente lo que hay», agrega mientras prepara el material que en unas horas será la base para su programa.

«Mi vida es la música —se sincera antes de que la luz roja se encienda—. La siento a toda hora y me interesa trabajar en eso. Me da vueltas en la cabeza abrir radios virtuales, disquerías, cosas por el estilo. No sé qué voy a hacer en el futuro, pero sí sé que no voy por la vida esperando, voy generando».

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